29.8.06

"...compañera de mis días y del porvenir..." (*)

(*)

“Se acurrucó envuelto en una manta y mientras se dormía imaginaba cómo se lo iba a contar a Silvia, su compañera, que le había mandado una marmita con comida y cigarrillos y que estaba con las esposas de otros obreros yendo a ver políticos y armando revuelo en el vecindario. Daniel tuvo ganas de acariciarla: la pasión de la lucha le despertaba otras pasiones y empezó a dormirse entre el sueño de las caderas de Silvia y la excitación de arrebatarle el poder a la burguesía.”


Anguita, Eduardo y Caparrós, Martín. “La Voluntad”, Tomo 3 (1973-1974), Pág. 574. Ed. Planeta / Booket. Buenos Aires. 2006.

4 comentarios:

Udi dijo...

Y, si, la revolución es afrodisíaca nomás. Otro motivo para lamentar su fracaso, en un país de mal cogidos. Aunque, pensándolo mejor: ¿Quién nos asegura que de haber triunfado no hubiese resultado en una imposición de un amor medio puritano?
En todo caso, arrebatarle el poder a la burguesía debería servir para liberarnos, no solo como clase, sino como cuerpos.
Retomar la soberanía sobre nuestros cuerpos, sometidos, como todo, a la dictadura del capital.

María Petraccaro dijo...

"¿Quién nos asegura que de haber triunfado no hubiese resultado en una imposición de un amor medio puritano?" No podremos saberlo nunca, pero es interesante tener en cuenta que mientras se la intentaba (intentamos) hacer, también pasaban (pasan) estas cosas.

Y sí, mi idea de revolución es completa, sino no podemos hablar de tal cosa: cambiar el sistema implicará la liberación de la clase, pero también liberar los cuerpos, la mente, todas las relaciones entre los seres humanos. Y retomar todas las soberanías que nos arrebataron.

mat guillan dijo...

era para avisarte que chico de country es una novela y agradecerte por el link.

saludos.

María Petraccaro dijo...

Me di cuenta, Matías.
De nada.
Y gracias por pasar.