16.8.06

“...Resortes viejos de este amor...” (*)

(*)

Lo que son las vueltas de la vida...

Justo ahí, frente al enorme edificio del Congreso todo iluminado, en una noche llena de estrellas, en la misma calle por la que cientos de veces caminamos, corrimos o marchamos junto a multitudes, con bombos, banderas y pancartas.

Justo ahí, frente a la Universidad a la que no íbamos a estudiar sino a charlas o cine. Frente a la sala a la que, aún después de habernos recibido, seguíamos yendo a ver películas con descuento para estudiantes.

Justo ahí, nos separamos. En principio para siempre.

Y justo ahí quedaron, en el suelo donde se apoya el banco frente al monumento lleno de consignas que muchas veces compartimos, las lágrimas, de ambos, que corrían sin control, sin querer, sin poder contenerlas.

Ahí quedaron, entre las piedritas rojas de la plaza, años de amor, de compañerismo, de amistad, de intereses y gustos comunes, de proyectos, de fantasías.

Entre esos edificios que nos vieron ir de un lado a otro, haciendo notas, sacando fotos, saludando a militantes conocidos, en esa avenida que tiene muchos de nuestros pasos, nos dijimos adiós. Aunque uno de nosotros cree que es un hasta luego.

No podía ser de otra forma, tenía que ser así. Tenía que ser ahí.

“Es la segunda vez que me cambiás la vida de un plumazo”, me dijo.

Y mientras caminaba, sola, por la avenida llena de autos y colectivos, con el frío en el cuerpo, pensé que ahora también mi vida cambiaba para siempre.

Y la vista se me hizo agua.

7 comentarios:

un solitario dijo...

Es un poema esto, ¿no?

María Petraccaro dijo...

No, no fue la idea.
Por qué lo pregunta?

Buscccadores dijo...

No se puede explicar el dolor cuando uno solo cree en el hasta luego.

Saludos,
Los Buscadores

María Petraccaro dijo...

Sep.
Pero en fin...

Saludos.

Agustin Capeletto dijo...

Cuanta melancolia.. por un momento me la contagiaste.

Espero, realmente, que sea solo una construccion ficticia.

Saludos.

María Petraccaro dijo...

Forke: Sería maravilloso que sea sólo una construcción ficticia... Pero hice eso. No me arrepiento, pero de todas formas duele.

Un hombre: loquísima coincidencia (como suelen serlo, no?).
Respecto de su segundo mensaje, no entendí nada ¿cuál es el post que le gustó? Y esta historia no fue un reencuentro, fue una terrible despedida...
Aunque, pensándolo bien, interprete como más le guste.

María Petraccaro dijo...

Ahora sí...

Otro para ud.