1.5.07

"Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan" (*)

(*)

No voy a hacer historia, no es lo mío.
El por qué se recuerda el Primero de Mayo es algo que puede ser averiguado por cualquiera.
Pero sí me interesa rescatar las palabras de aquellos luchadores que fueron asesinados en la horca.
Como saldo de aquellas huelgas por las 8 horas de trabajo en 1886, condenaron a los siguientes trabajadores:

A prisión:
Samuel Fielden, inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil, condenado a cadena perpetua.
Oscar Neebe, estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a 15 años de trabajos forzados.
Michael Swabb, alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena perpetua.

El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución de:
Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo.
Adolf Fischer, alemán, 30 años, periodista.
Albert Parsons, estadounidense, 39 años, periodista. Aunque se probó que no estuvo presente en el lugar, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente.
Hessois Auguste Spies, alemán, 31 años, periodista.
Louis Linng, alemán, 22 años, carpintero. Para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda.

A continuación, sólo pondré sus palabras. Basta leerlas para entender por qué.
Auguste Spies: "si creéis que ahorcándonos podréis acabar con el movimiento obrero ... el movimiento del cual los millones de oprimidos, los millones que laboran en la miseria y la necesidad esperan su salvación -- si ésta es vuestra opinión, entonces ahorcadnos! Aquí pisoteáis una chispa, pero allí y allá, detrás de vosotros, frente a vosotros, y por todas partes, las llamas surgirán. Es un fuego subterráneo. No lo podréis apagar".
“Honorable juez, mi defensa es su propia acusación, mis pretendidos crímenes son su historia. [...] Puede sentenciarme, pero al menos que se sepa que en el estado de Illinois ocho hombres fueron sentenciados por no perder la fe en el último triunfo de la libertad y la justicia”.
“Éstas son mis ideas. Constituyen una parte de mí mismo. No puedo renunciar a ellas, ni lo haría aunque pudiera. Y si creéis que podéis destruir esas ideas que cada día ganan más terreno, si pensáis que podéis destruirlas enviándonos a la horca, si queréis una vez más condenar a la gente a la pena capital porque se ha atrevido a decir la verdad –y os desafío a citar una sola mentira que hayamos dicho–, os repito, si la muerte es la pena que se impone al que proclama la verdad, ¡pagaré ese elevado precio desafiante y orgullosamente! Llamad a vuestro verdugo”.

Adolf Fischer: “Solamente tengo que protestar contra la pena de muerte que me imponen porque no he cometido crimen alguno... pero si he de ser ahorcado por profesar mis ideas anarquistas, por mi amor a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, entonces no tengo inconveniente. Lo digo bien alto: dispongan de mi vida”.

Albert Parsons: “El principio fundamental de la anarquía es la abolición del salario y la sustitución del actual sistema industrial y autoritario por un sistema de libre cooperación universal, el único que puede resolver el conflicto que se prepara. La sociedad actual sólo vive por medio de la represión, y nosotros hemos aconsejado una revolución social de los trabajadores contra este sistema de fuerza. Si voy a ser ahorcado por mis ideas anarquistas, está bien: mátenme”.
“La función del capital se reduce a apropiarse y confiscar para su uso exclusivo y su beneficio el excedente del trabajo de los que crean la riqueza... la mayoría cuyo modo de vida consiste en vender su trabajo a los capitalistas... lo único que posee y que produce para sí es su jornal; las sedas, joyas y palacios son para otros. El sobrante de su trabajo no se le paga, pasa directo al capital. No hay efecto sin causa. El socialismo es el efecto de esa injusticia social. El socialismo invita al pueblo a que examine, discurra, investigue, razone y conozca todos los hechos sociales que producen la miseria, el hambre, la ignorancia y el crimen. Nosotros deseamos que todas las fuerzas de la naturaleza, que todas las fuerzas sociales, que la fuerza gigantesca, producto del trabajo y de la inteligencia de las generaciones pasadas, sean puestas a disposición del hombre, y sometidos al hombre para siempre. Éste y no otro es el objeto del socialismo”.

Louis Linng: “No, no es por un crimen por lo que nos condenan a muerte, es por lo que aquí se ha dicho en todos los tonos: nos condenan a muerte por la anarquía. (...) Repito que soy enemigo del «orden» existente, y repito que lo combatiré con todas mis fuerzas mientras que me quede vida. Desprecio vuestro orden, vuestras leyes, vuestra autoridad basada en la fuerza. ¡Colgadme por ello!”.

Michael Schwab: “El socialismo tal como nosotros lo entendemos significa que la tierra y las máquinas deben ser propiedad del pueblo. Cuatro horas de trabajo cada día serían suficientes para producir todo lo necesario para una vida confortable. Sobraría tiempo para dedicarse a la ciencia y al arte... Es un error emplear la palabra anarquía como sinónimo de violencia, pues son cosas opuestas... Nosotros propagamos la violencia también, pero solamente contra la violencia, como medio necesario de defensa”.

George Engel: “Odio y combato no al capitalista individual, sino al sistema que le concede esos privilegios. Mi mayor deseo es que los trabajadores sepan quiénes son sus amigos y quiénes sus enemigos” .

Los asesinados fueron acompañados por sus familiares hasta sus últimos momentos.

A su funeral asistieron 25.000 trabajadores.

August Spies, en el momento en que ajustaron el nudo corredizo de la horca y les pusieron las capuchas a él y a sus compañeros, dijo estas palabras: “Llegará un tiempo en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy estranguláis”.

3 comentarios:

anais dijo...

¡Qué loco, no?!
Aquí, en Argentina, el 1º de mayo no es el Día de los/as Trabajadores/as, sino el Día del Trabajo...
Y quien fue el "genio" que cambió la denominación? Peròn, qué otro. Porque, como con él, todo estaba bárbaro, ya no había reclamos para hacer, FESTEJEMOS LA EXPLOTACION! FESTEJEMOS EL TRABAJO! Y, al que piense diferente, lo encierra, a sí no molesta!

ÓL dijo...

El trabajo os hará libres

Sobre el portal de Auschwitz-Birkenau.

María Petraccaro dijo...

Anais:
¡¡Perón, Perón, qué grande sos!!
Jajajaja.
Tengo un amigo que sostiene que fue lo peor que le pasó al país. En fin...

Ól:
¿Nos hace libres el trabajo?
Pasaré a visitarte.

Salute.